Nación Lucha Libre vs. el duopolio y los opinólogos

Todo mundo ha expresado su opinión sobre Nación Lucha Libre, la empresa que hace pocos días comenzó a transmitir sus funciones por Imagen Televisión, usando a luchadores del circuito independiente nacional y norteamericano. Es normal que la gente exprese lo que piensa, más en una era donde todos tenemos nuestro propio altavoz, el cual por cierto la mayoría de las veces nadie escucha, para decir lo que pensamos. Precisamente por la cantidad de opiniones que circulan por la red, hay que analizar muy bien antes de asimilar un argumento ajeno y esgrimirlo como propio.

A lo largo de los días he leído de todo, desde gente que apoya la propuesta hasta otros que critican sin saber, tal como sucede siempre y ante cualquier empresa, cartelera, proyecto o lo que sea. Cuando te dedicas a producir contenido para espectáculos, televisión, prensa, etcétera, hay veces que las opiniones de la audiencia, del respetable, como diríamos poéticamente, resultan enriquecedoras, aunque desgraciadamente la mayoría de las veces no es así. Existen tantas personas opinando de manera infundada, sin conocimiento real de la materia e incluso con conflictos de interés, que la mayoría de los comentarios en las redes sociales (ya sean de luchas, futbol, política o cualquier cosa) son simple y llana bullshit. Con todas sus letras, lo escribo así porque es la verdad. Porquería mal intencionada y frecuentemente cargada de odio. Aceptémoslo, los seres humanos acostumbramos ser así: con frecuencia hablamos sin saber y/o con mala intención.

No obstante todo lo mencionado, me atrajo la idea de dar mi propia opinión sobre este proyecto y al mismo tiempo desmontar algunas estupideces que he leído en línea, especialmente en Facebook, sobre las funciones y transmisiones que está iniciando la mencionada. Empezaré por esto último y al final opinaré:

  • Opinión de redes sociales 1: La producción de Nación es mala y no saben hacer buenas tomas. Aunque el aceptar opiniones en general puede ser bueno, también es importante evaluar de quién vienen. Sin caer en el extremo de la falacia ad hominem (aceptar o rechazar una opinión solo porque viene de tal o cuál persona), tenemos que reconocer que cuando opina alguien que sabe del tema porque lo ha vivido o al menos tenido un contacto real con el proceso, la opinión suele aportar más. Y también que aún entre los que sí han estado inmersos, hay niveles de conocimiento, habilidades y experiencias. Por ejemplo, a nadie resultaría lógico que una persona que trabaja como intendencia en un restaurante argentino le dijera cómo cocinar un corte o una empanada al chef. Bajo esta misma lógica, el que ha grabado con su celular una función local en Cholula, difícilmente va a llegar a la Arena Puebla a decirle cómo trabajar al equipo de producción que el CMLL pone ahí.  Podría darse que alguien con un nivel excepcional de talento pudiera hacerlo, pero la lógica apunta a que no, los profesionales y sobre todo los experimentados, los que viven y construyen el negocio, son los que saben más y no porque sean perfectos o no existan áreas de oportunidad en su trabajo, sino por la máxima de que no existe ningún sustituto para la experiencia. No se trata de ver y leer contenido de luchas el día entero para sentir que uno se las sabe todas, ni tampoco de saber qué es una toma cenital qué encuadre utilizar para grabar una entrevista. Obviamente eso ayuda, pero no por saberlo ya eres un productor, y muchísimo menos un escritor o un creativo. La mayoría de la gente que conozco y que tiene un nombre en el negocio, basas sus comentarios en el hecho de que ha ocupado puestos importantes en la producción de lucha libre y en que, por lo general, empezó desde abajo y aprendió con el tiempo. Como regla general, los smart-asses salen sobrando y a nadie caen bien, pero si se preocuparan más por su propio desarrollo deberían de esforzarse por aprender y lograr algo (si es su interés hacerlo), en vez de querer enseñarle a quienes sí han construido la industria desde alguna de las empresas o proyectos, especialmente a quienes han estado en las grandes ligas. Si por el contrario siguen pensando que saben lo que hacen y que son piezas terminadas, cuando objetivamente no es así, entonces se quedarán estancados por su propia necedad. Este tipo de opinólogos lucen como mininos tiernos cuando en su imaginación son leones de la crítica.
  • Opinión de redes sociales 2: No propone nada nuevo. En mi caso personal, desde hace más de dos años he tratado de proponer “algo nuevo” por medio de distintas iniciativas, incluida la propia Pro-Wrestling Resurrection (WR), proyecto en el que hoy trabajo con dedicación, y créanme que no es sencillo crear algo que en verdad sume y proponga, más en un medio donde prácticamente todo se hizo ya. Por la experiencia y las habilidades es posible que quien tiene la experiencia sea capaz de realizar determinadas acciones con más enfoque, calidad y estrategia que otros, pero eso en sí mismo no es innovar. Es difícil que alguien venga a inventar el hilo negro sin importar quién sea, pero en este caso hay que decir que Nación trae una propuesta llamativa, con buenos carteles, y que está encabezada por Alberto el Patrón, un hombre inteligente que ha estado en lo más alto como luchador y que es de esperarse que tenga ideas propias para aportar, sean clásicas o novedosas, ya lo veremos, pero por ahora está proponiendo algo que para empezar es una fuente de trabajo y por lo tanto ya es positivo para los distintos integrantes del medio de la lucha libre. Con él está Roberto Figueroa, quien ya había tenido la oportunidad de aportar como creativo en eventos independientes y que ahora está ante la oportunidad de probarse en una empresa que al menos en el papel luce como un proyecto mayor. Lo que luchística y creativamente oferta Nación y la respuesta a la pregunta de qué es lo que la hará diferente, aún están por verse y es muy pronto para los juicios sumarios de conocedores de Face.
  • Opinión de redes sociales 3: Nunca va a alcanzar a AAA. Esta creo que ni a opinión llega, pero supongo que quien la emite debe tener una bola de cristal o algo parecido. En primer lugar, en la lucha libre nada es seguro. En 1998 pocos habrían considerado que en solo 3 años WCW, fondeada por el billonario Ted Turner y que recién había despedazado en los ratings a Vince McMahon, terminaría siendo vendida por una cantidad ridícula a éste y finalmente desapareciendo para siempre. Cuando nació AAA en mayo de 1992, dicho ha sido esto hasta el hartazgo, le daban dos meses de vida, y ya todos conocemos la historia. Entonces no podemos dar por hecho que este proyecto va a desaparecer o a consolidarse, el mercado luchístico es agresivo y cambiante, y si bien ha habido excelentes intentos para hacer televisión abierta en la lucha libre que no han cuajado (como UWA por Imevisión, Promo Azteca, Liga Élite y hasta Perros del Mal), nada nos dice aún, con suficiente seguridad, cuál va a ser el destino de Nación.
  • Opinión de redes sociales 4: Es una copia de AAA. Si hacer una caravana con luchadores vuelve a este proyecto una copia, hay que recordar que la industria ya funcionaba así en los tiempos de Flores y que, salvo el caso del CMLL, que es propietario de sus propios locales, todas las empresas son itinerantes, básicamente porque es un suicidio presentarte cada ocho días en el mismo lugar. Fuera de eso no veo en qué se pudiera parecer a AAA, máxime en una era donde todos hacemos carteles con el mismo talento.

Ahora mi opinión, por si a alguien le llega a interesar:

Nación Lucha Libre es un proyecto con potencial. Tiene buenos luchadores y una clara idea de lo que está haciendo, además de un buen equipo que ha sabido hacer ruido y dotarla rápidamente de imagen pública. Alberto conoce el negocio, tiene un talento enorme como luchador y si conjuga todos los elementos necesarios, como cabeza de una empresa puede lograr muchísimo. Nada es seguro en esta vida, es cierto, pero es un proyecto que surgió sabiéndose abrir paso entre otras empresas que están tratando de hacerse de un nombre y una base de fans, como Real, Kaoz, The Crash y la propia WR. Ahora tienen que apretar más para lograr buenos números, ya tienen a su favor un producto al aire y si consiguen buenas estrategias para mantener cerca a audiencia y patrocinadores,  habrán logrado el status quo que necesitan para ser una opción a largo plazo. Pienso que llegar ahí es posible, solo hay que estar en el lugar correcto y con la gente correcta, y bien lo puede hacer Nación, que decidió apostar tanto a la televisión abierta.

Los opinólogos de la lucha siempre van a estar ahí, aunque no los respalden ni trayectoria ni argumentos. Si algún día cualquiera de las empresas antes mencionadas llega al siguiente nivel, la seguirán tundiendo por Facebook, como de hecho lo hacen con el CMLL y AAA, donde exigen cabezas, luchas y resultados, como si tuvieran la más remota idea de cómo opera la lógica que mantiene funcionando esta industria. Nación, Crash, Kaoz, Real, WR y todo mundo, deben vivir con eso, ya que nada parece indicar que en el futuro desaparecerán los comentarios mal intencionados en las redes sociales.

La competencia es muy fuerte en la lucha libre mexicana, existe un duopolio regido desde la Doctores y Coyoacán, mientras que entre las promotoras indies la competencia es cruenta y se padece una grave sobre-oferta de contenido.  En este nada fácil contexto apareció Nación, buscando posicionarse entre los primeros nombres del mercado, rubro en el que inició bien, a pesar de que la lucha libre, para casi todos los involucrados, suele ser un negocio difícil e impredecible.

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