Gracias a todos los que eligieron en mi Facebook personal, Reyes Ruiz Eduardo, en donde hice la pregunta de que si querían una anécdota o un tema y bueno, vamos rápido a contarles mi aventura norteña, que ya tiene unos 5 o 6 años, en que nos tocó viajar en el autobús de AAA. No recuerdo bien si fue a un Héroes Inmortales, total, se nos había advertido que en la noche era peligroso el viaje por la inseguridad que en ese tiempo había en la zona y que nos hospedáramos en Monterrey esa noche para al día siguiente salir rumbo al DF.
Al llegar al hotel con el que supuestamente se tenía trato, se nos indicó que no, por lo que tuvimos que buscar. Con tan mala suerte que quedamos en un hotel retirado del local, nos registramos y de ahí nos dirigimos a la Arena Monterrey, en donde la función fue rápida y sin contratiempos, terminando alrededor de las 9 : 30 de la noche, pero fuera caía un torrencial aguacero que llenaba de agua los pasillos de la arena.
Nos habían comentado que entre más tarde más peligroso sería salir, así que en ese momento Black Terry Jr., un amigo de Órale y un servidor, como pudimos metimos las cámaras en unas bolsas de plástico para protegerlas del torrencial aguacero y caminando entre la lluvia que nos llegaba a las rodillas, cruzamos la avenida.
Pero lo que no sabíamos es que avanzamos una calle de más, lo que en lugar de acercarnos al hotel, nos alejaba. La presión, el miedo, las calles solas, y las pocas casas abiertas con gente que nos miraban con recelo. Mojados y asustados caminábamos y caminábamos, buscando la tarjeta del hotel para tener la dirección, pero ésta ya se había borrado del papel por la intensa lluvia ya que Terry Jr. la tenia en su pantalón empapado.
Pues solo recordando el nombre de lugar, hallamos a alguien que por fin nos orientó. Resultó que la calle donde íbamos si llevaba al hotel, pero mientras más avanzábamos, más nos alejábamos de él, teniendo que recorrer otro buen tramo de regreso para llegar. Cuando por fin lo hicimos preguntamos si podíamos pasar, ya que eramos una sopa, y nos lo permitieron, regresando nuestra alma al cuerpo.
Al día siguiente salíamos a primera hora de la mañana y tomamos un taxi, el cual tenia que pasar alrededor de la Arena Monterrey y esto prendió los focos de alarma de mi compañero del Órale, que nervioso vio pasar la arena y el taxi siguiendo de largo, teniendo que decir que era normal y que se tranquilizara. Llegando al lugar, ya estaban los autobuses para emprender el camino a casa.
Pero si piensan que esa aventura había terminado, nada que ver, ya que un autobús de los dos que estaban dispuestos, al bajar en una pendiente, se quedo atorado y ni con empujones de todos, staff, reporteros y elementos de AAA logro destrabarse, teniendo que pedirse otro autobús que tardó un par de hora más en llegar y ahora si: rumbo a casa después de esa serie de contra tiempos y sustos.
Esto es algo de lo que se vive en busca de una nota, de un reportaje y de las aventuras que tanto nos encantaban y a las que nos ha llevado la Lucha Libre. Hoy queda como una anecdota chistosa pero en su momento estresante, ojala les haya agradado esta vivencia y si es así, seguir comentando estas, en una carrera en donde vamos por los 10 años de Estrellas del Ring gracias al apoyo de todos, aficionados, colegas, promotores y empresas.
Notas de la época sobre la inusual (en Monterrey) tormenta que cayó ese día:
Mueren 3 personas tras lluvias en Monterrey
Estragos de las lluvias en Zona Metropolitana
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