El cliente siempre tiene la razón: la afición tóxica de Facebook

Un viejo adagio entre los prestadores de  bienes y servicios es ese que dice que el cliente siempre tiene la razón, que trasladado al mundo de la lucha libre, los prestadores de servicios (en este caso el espectáculo) serían las empresas, los promotores y, por supuesto, los luchadores. El cliente final, entonces, es el público que asiste a las arenas.

¿Pero de verdad el cliente siempre tiene la razón?…

Si bien el asunto de las redes sociales y sus aficionados está por demás trillado y hablado, es realmente de sorprender la capacidad con la que día a día el “aficionado” que escribe y da opiniones en las redes sociales, con la mano en la cintura o en el teclado, vocifera a diestra y siniestra en contra de la lucha libre y sus protagonistas. Sí,  de ese espectáculo o deporte del cual según él es apasionado.

Si bien hay situaciones que deben ser criticadas, habladas o señaladas por la afición, en lo único que el público debe enfocarse es en el desempeño y desarrollo de los luchadores y las luchas.  ¿Pero hasta qué punto el ser eso, un aficionado, te da derecho a opinar de cosas y situaciones que envuelven en su interior a la lucha libre?

Hablan de contratos, firmas, cifras, usan palabras como predecible, regalo, se sabía y hasta revelan con quién mantiene alguna relación tal gladiador o gladiadora, misma que según ellos le está sirviendo de plataforma para tener triunfos en su carrera.  Como si ellos hubieran estado presentes a la hora de firmar o negociar un contrato o más aún, hubieran servido de almohada o cama para asegurar como lo hacen.

Tampoco se puede decir que ciertas situaciones no existan en todos los ambientes, como lugares de trabajo y escuelas, en el día a día, pero por alguna razón el “aficionado” piensa que por pagar un boleto, si es que lo paga (porque en su mayoría no asisten a las funciones, piden links de trasmisión para ver los eventos), tiene el derecho a criticar y deshacer de manera muchas veces insana a la lucha y sus protagonistas.

El Facebook de lucha libre y su aficiónEl aficionado piensa que por serlo ya puede hablar, decir y destruir el trabajo de mucha gente que come y vive de la lucha libre, sin ponerse a pensar que esa persona que están destruyendo tiene familia, y aunque el luchador debe tener el cuero duro para no dejarse caer por opiniones infantiles y hasta cierto punto infames, al final del día son humanos que de alguna forma van a verse afectados de manera anímica.

Sin duda y sin miedo a equivocarme el aficionado de redes sociales en un 90%  es un tipo de fanático hipócrita y cancerígeno, que contamina al otro 10%  que gusta del deporte y sobre todo que no actúa acorde a lo que tanto pregona, pide lucha clásica en las arenas, pero cuando jóvenes o veteranos llavean dos acciones recurrentes son los que de inmediato saltan con el abucheo o el clásico y triste: ¿A qué hora se ponen a luchar?…

Entonces, ¿dónde está el amigo aficionado que pide lucha clásica? Porque en las arenas está claro que no. Amigo fan de Facebook, no seas hipócrita y asiste a las arenas a apoyar lo que pides en las redes, ve sin pretensiones y disfruta de la lucha en vivo.

Hace unas semanas en la Arena México estaba sentada junto a mí una familia que venía del interior de la República con hijos adolescentes, viendo y disfrutando de la función sin ninguna pretensión. Sin decir que eso era predecible, eso se lo regalaron, etcétera, solo fueron y disfrutaron como también lo hizo una familia argentina semanas después o un grupo de japoneses que fueron hace unos días, porque sí, el aficionado extranjero aprecia más la lucha libre mexicana.

Amigo fan de Facebook: no culpes a las grandes empresas de que el producto que hacen es el culpable de tu falta de interés en el deporte del que en algún momento fuiste un buen aficionado. Alternativas existen muchas, asiste a las funciones de arenas chicas, de promotoras independientes, con luchadores locales y donde van las estrellas también. Da tus puntos de vista en las redes de lo bueno y lo malo de lo qué pasó en el ring sin querer pasar por promotor, dueño o luchador, disfruta y sobre todo recuerda que el cliente no siempre tiene la razón, ya que una cosa es lo que se cree y otra muy diferente la realidad.

Finalmente quiero agradecer a Miguel Fonseca por la invitación a este proyecto donde estaré escribiendo y compartiendo puntos de vista sobre la lucha libre, junto a otros compañeros del medio.

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