Los luchadores lesionados requieren atención profesional e inmediata
… “El derecho a la salud incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de salud de calidad suficiente”
Organización Mundial de la Salud
El derecho al “grado máximo de salud que se pueda lograr” exige un conjunto de criterios sociales que propicien la salud de todas las personas, entre ellos la disponibilidad de servicios de salud, condiciones de trabajo seguras, vivienda adecuada y alimentos nutritivos.
El goce del derecho a la salud está estrechamente relacionado con el de otros derechos humanos tales como a la alimentación, la vivienda, el trabajo, la educación, la no discriminación, el acceso a la información y la participación. Es así queridos lectores de Crítico Luchístico, que en vista de los últimos eventos ocurridos en diversas funciones surge una pregunta que ha estado leyéndose, escuchándose e inclusive comentándose en diversos medios digitales, impresos y en diferentes foros de lucha libre: el servicio médico básico y el actuar oportuno del mismo dentro de las funciones y promotorías de lucha.
No es un secreto para nadie que más de la mitad de las veces no se cuenta siquiera con un botiquín básico de primeros auxilios para atender a los luchadores lesionados, mucho menos con personal capacitado para una eventualidad y vaya que salvo las empresas grandes y promotorías conocidas, en muchos casos sería un sueño contar con la presencia de un médico para la atención correcta , oportuna y eficiente de los atletas que se presentan.
Pero sin perder de vista el objetivo de esta columna, la parte donde la salud inicia es en la educación del paciente, en este caso, ¿por qué a las promotorías les debiera interesar un servicio médico de calidad? Sencillamente por certeza. El mismo elemento, cuando sabe que hay una persona calificada para salvaguardar su integridad, no sube al cuadrilátero pensando en “no lastimarse”, sube a dar más para la afición: luchador contento, público contento, lucha de calidad.
Ahora queridos amigos, no empecemos con galimatías del tipo “es su derecho a la salud”, porque muchas veces hablamos de cosas sin saber lo que realmente pedimos. El derecho a la salud abarca libertades y derechos propiamente dichos, pero no hay documento oficial en el mundo que hable de obligaciones en salud.
Entre las libertades se incluye el derecho de las personas de controlar su salud y su cuerpo (por ejemplo, derechos sexuales y reproductivos). Los derechos incluyen el acceso a un sistema de protección de la salud que ofrezca a todas las personas las mismas oportunidades de disfrutar del grado máximo de salud que se pueda alcanzar. Esto viene a colación por una pregunta que me llamó poderosamente la atención: ¿Cada vez que alguien se lastime habrá luchas a beneficio?…
Por solidaridad podríamos decir sí, pero en la realidad del derecho universal a la salud y desde esta columna yo quisiera hacer más que un llamado una propuesta muy seria, la cual consiste en lo siguiente:
Para otorgar la licencia de luchador profesional por parte de cualquier comisión, cada elemento como requisito presentará su afiliación voluntaria al Seguro Popular, pensemos por un minuto que empezamos a educar a nuestros elementos y aparte de ello, el apoyo de la Comisión de cualquier lugar y de las empresas, tendrías el primer sistema de salud deportiva en lucha libre, en el que tu elemento sea cual sea esté protegido.
Obviamente surge la pregunta del millón: ¿Y con qué dinero lo hacemos?”, la respuesta sería de la siguiente manera, la afiliación es gratuita, el pago es mensual o semestral, de cada garantía acordada para el elemento, en lugar de pedir “recibos”, sería retenida una parte mínima , para que el patrón, promotor, comisión o el mismo luchador deposite a su propio sistema de salud, por ejemplo, si ganas $200, $300 o $35,000 pesos, es responsabilidad compartida saber que estas invirtiendo en salud. Y no vengamos con ese pensamiento pro plutocrático: ¿Y de dónde saco si no me dan trabajo en la lucha?, querido compañero de batallas, invertir en salud es como invertir en una AFORE, de 10 en 10 se hacen grandes cosas.
Ahora el elemento ya afiliado al Seguro Popular, lleva citas de chequeo, citas de control y laboratorios de control, lo cual aumenta su expectativa de vida saludable y genera un compromiso sanitario mejor entre personaje, persona, deporte y médico tratante. Esto evitará que estén en unos años, en cada función de rancho, pidiendo dinero pues no tienen ni para comer.
Por otra parte, al resellar su licencia de luchador, ellos tienen ya un archivo clínico anual en el que cada comisión y su respectivo servicio médico avalan que el elemento está en condiciones óptimas para seguir desempeñándose como atleta, evitando corrupción, moches y salvaguardando la integridad física del atleta.
Todo esto se resume en educación y prevención para la salud y un futuro mejor, es menos lo que se invierte en prevención que lo que se gasta en tratar de remediar. A lo largo de estás columnas en Crítico Luchístico iremos tratando este y otros temas, vienen grandes cosas y mucho análisis , no se pierdan lo que viene.
Seamos el mejor público, el mejor espectador, seamos entonces…el mejor crítico.
De lector a lector todo lo que tengo, lo llevo conmigo.
Feliz Inicio de Año, SMILE señores, sonrían!!!
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