Una de las cosas que más deberían preocupar a las distintas Comisiones de lucha libre en nuestro país es la edad de los luchadores en activo.
Si bien es cierto que en la actualidad los deportistas se han hecho más longevos en disciplinas como el futbol, el boxeo o el beisbol, en nuestro pancracio es una exageración. Y no es solo referirnos a los eternos, literalmente, Mil Máscaras y Tinieblas, 76 y 79 años respectivamente, a quienes realmente no se entiende cómo les otorgan una licencia de luchador más allá de que puedan tener la mejor de las condiciones físicas, porque un deporte de contacto como la lucha libre conlleva muchos riesgos.
Y nada más chequen las edades de muchos de los que siguen activos e incluso encabezando funciones:
Canek, 66 años, Dos Caras, 67, Satánico, 59, Solar, 62, Negro Navarro 61, Fuerza Guerrera 65, Negro Casas, 59, Villano V, 56, Blue Panther, 58, Pirata Morgan 56, Rayo de Jalisco Jr. 59, Máscara Año 2000, 60, y el etcétera podría ser muy largo. ¿De verdad pensamos que estos gladiadores, por grandes profesionales que sean, están para seguir luchando? ¿No estarán arriesgando demasiado en su afán o necesidad de mantenerse en activo?
Me queda claro que ni a las Comisiones ni a los empresarios les importa la edad de los gladiadores, siempre y cuando les sigan llevando público a las arenas. Pero es un hecho que con el paso de los años la velocidad, los reflejos y las fuerzas van mermando, y eso no lo digo yo, está comprobado científicamente.
Un error en el ring puede significar una lesión para quien lo tiene, para un compañero o un adversario, incluso hasta para un aficionado que esté en las primeras filas.
Sé que a lo largo de la historia del pancracio en nuestro país los luchadores longevos han sido una constante, pero es tiempo de pensar, antes que nada, en la seguridad de los propios gladiadores, en su futuro y en el espectáculo. Por más que mantengan calidad, no es lo mismo un duelo entre Canek y Mil Máscaras hoy, que los que veíamos entre ellos en los ’80 en El Toreo.
Las lesiones se incrementan en los gladiadores conforme a la edad, pero como el trabajo va decreciendo, suben al ring aún sin estar en las mejores condiciones, y eso los hace correr más peligro. Y las Comisiones, bien, gracias. ¿Y el retiro?
En los últimos años las grandes empresas de luchas en México presumieron la incorporación de sus gladiadores al Seguro Popular, así como el hecho de ponerlos en contacto con diversas Afores, todo esto pensando en que sus talentos pudieran tener seguridad médica y ahorros para su futuro. No sé si la mayoría de los luchadores están en el Seguro Popular, pero es un hecho que el acercamiento con las Afores es muy tarde para quienes estaban ya pensando en el retiro, pues su pensión o ahorros serían muy pocos.
Da la impresión que la necesidad, el no planear bien el futuro y hasta el hecho de no prepararse para dejar de recibir aplausos y gestos de admiración hacen que los gladiadores expongan de más y se aferren a seguir en activo.
Hasta ahora, afortunadamente, no se han visto lesiones fuertes sobre el ring cuando nuestros “experimentados” muestran su calidad.
Pero sin duda es un gran pendiente de las distintas Comisiones regular la edad de los gladiadores o al menos obligarlos a pasar exámenes médicos constantemente, y al mismo tiempo trabajar con las empresas para que las Afores sean obligatorias, por más que los luchadores habitualmente laboren por honorarios.
Y para apoyo de los más veteranos crear un fondo de ahorro que les ayude al llegar a la tercera edad. Es una labor muy complicada, pero es mucho más peligroso ver a gladiadores de más de 55 años sobre el ring.