Una de las razones por las que inicié el proyecto The LUCHA Station fue la proliferación de canales de Youtube con gente hablando sin saber. Deseaba, en un inicio, hacer videos desmintiendo todas y cada una de las tonterías que suben sin cesar a la plataforma. Pero gracias a la invitación que Andrés Maroñas le hizo a uno de ellos al programa que conducía junto a él y a que con el tiempo pude conocer a otros, observé que en el fondo solo eran aficionados exponiendo sus ideas, decidí optar por mejor crear un medio de información y crítica realista sobre lo que nos debe ocupar: la lucha libre. Ingenuamente y muy a pesar de mis largos años realizando contenido de lucha libre, pensé en ese momento que la audiencia terminaría prefiriendo el contenido de mi canal por fundamentarse este en argumentos y vivencias reales y no fantasías. Grave error.
Es un hecho que a mucha gente gusta del amarillismo, la exageración, la especulación e incluso la mentira. Esto no es para nada algo nuevo, tanto así que las publicaciones de nota roja y fraudes (como la revista Alarma y las especializadas en el fenómeno OVNI) fueron de las más vendidas en la era previa a la red.
Finalmente y hoy más que nunca, cada uno decide qué contenido ver, por lo que no hay razón para amargarse. Esa idea me hizo -y me hace- estar en paz con el asunto, sin dejar de considerar como algo importante que la gente comience a ser crítica en cuanto a los contenidos que ve. Es en este último orden de ideas que he detectado -nuevamente- una bandera roja aquí.
Un problema que se vive en la lucha libre es que en ella existe una falsa concepción de lo que es la crítica, asumiendo que ejercer el derecho a esta implica andar por ahí con una actitud de hoolligan, de sabelotodo, agrediendo y descalificando sin ton ni son, pasándose por el arco del triunfo algo que sin afán de exagerar ha construido el propio negocio de la lucha libre y muchos otros: las jerarquías.
Si bien no hay manera de alcanzar el éxito sin tomar por asalto ciertos espacios para abrirnos camino, también lo es que la única manera de aprender cualquier cosa es observando a los que saben.
Una vez conté en un video que de chavo quería ser creativo de lucha libre, cosa que finalmente logré, pero no sin antes sudar la gota gorda demostrando habilidades para ello y pasar largas horas mirando a la gente que sabía los oficios de la comunicación y la creatividad en la lucha libre. Hoy en día y asumiendo una actitud totalmente opuesta, algunos chicos optan por querer saltarse esa parte del camino y quieren llegar enseñándole a Nike a vender tenis, aunque tristemente para ellos así no funciona ni funcionará el mundo. Por lo regular topan con un periodicazo en el hocico y le bajan dos rayitas, pero hay otros que nunca reciben uno o que cuando lo hacen resisten estoicamente y en vez de cambiar su patética actitud, deciden montar un espacio donde puedan hablar todas las mentiras y ridiculeces que quieren a sabiendas de que serán aplaudidos por gente igual de ignorante y tóxica. Este es el caso de los llamados Vivitubers, título cuya autoría desconozco pero que a pesar de que una y otra vez sus teorías conspirativas, inventos y demás faramalla han sido desmentidos por la realidad, continúan por ahí generando más contenido basura.
Como no estoy escribiendo este artículo para cancelar a nadie no voy a mencionar nombres, pero la descripción bastará para que quien lea estas líneas lea coloque el saco donde mejor quede.
En los últimos meses hemos visto a estos personajes escupiendo locuras como que Psycho Clown estaba prácticamente fuera de AAA, cosa que sin ser imposible en ningún momento pareció siquiera estar pasando, ignorantes desde luego de las verdaderas razones por las que el luchador no aparecía en la empresa. Y así seguirán, ignorándolo todo, porque erróneamente creen que ya saben, o al menos acostumbran tratar de aparentarlo. Han hablado hasta de AAA comprando WWE como si esto, aún si se estuviera considerando, fuera algo inminente o siquiera probable.
Cuando lanzan una de sus pseudo notas, los Vivitubers afirman que tienen fuentes (que de existir muy posiblemente los están timando, tratándose de gente que NO tiene ni tendrá acceso a los círculos más íntimos de la lucha libre) y no dudamos que en efecto sea así: alguien del medio, también hablando sin saber, les hace llegar toda esa basura.
En el entendido que acabamos de presentar, tanto video hablando cosas fantasiosas no sería culpa de los citados, sino de dichas fuentes provenientes de los bajos mundos del Pancracio. Por ejemplo, un luchador-promotor resentido contra AAA, le dijo erróneamente a un youtuber -porque en efecto lo ignoraba- que yo nunca había sido creativo de dicha empresa, cuando en la realidad hasta coordinador del área fui. En resumen, hablan sin saber y muchas veces les dicen mal, porque en efecto la información realmente secreta en la lucha libre es eso, secreta. No se le cuenta a un promotor que va a comprar una función. No se le cuenta al cien por ciento del personal de oficina. No se le cuenta siquiera al talento hasta el momento adecuado. Simplemente NO se cuenta y solo la tiene un puñado de personas. Tan-tan, se acabó. No existen, salvo en situaciones muy raras y extremas, los informantes secretos que muerden la mano que les da de comer para divulgar sus propios planes creativos. Pero no es raro que gente como estos Tubers totalmente ajenos, sin ningún nexo real con la lucha libre más allá de su imaginación y de algún contacto ocasional para realizar entrevistas y obtener información falsa de gente no indicada, piensen eso, si hasta los altos directivos de las empresas llegan a creer en este tipo de teorías de conspiración. Pero bueno, ese es otro tema.
Si los llamados Vivitubers son engañados por gente habladora y resentida no habría motivo para recriminarles nada más allá del hecho de que una vez se puede caer en una falsa fuente, pero diez o cien veces ya no, porque en ese caso el problema seríamos nosotros, no la fuente. Sin embargo algo me dice que, tratándose Youtube de un negocio y muy seguramente de la principal fuente de ingresos de algunos de ellos (ya que evidentemente no trabajan en la lucha libre y posiblemente tampoco en otro medio), también hay una cierta premeditación, alevosía y ventaja en lo que hacen. Recordemos que ellos ganan cantidades nada despreciables de dinero publicando estas mentiras sensacionalistas, recurso que una vez contabilizado en sus cuentas de AdSense podría volver irrelevante a sus ojos si la información vertida es incorrecta o no.
Mucha gente con más oficio y trayectoria ha desmentido a estos fanboys una y otra vez, pero lejos de corregir su actitud se han lanzado a decir más y más tonterías, lo cual sigue redundando en buenas cantidades de dinero a cobrar cada mes en sus cuentas. Por ejemplo, a pesar de que los hechos señalaban ya con claridad que Psycho seguía en AAA, ellos siguieron especulando con una idea que a estas alturas ya fue total y aplastantemente desmentida por la peor enemiga de estos creadores de contenido amarillista: la realidad. A la que le temen, de la que se esconden, la que evaden. Porque, tristemente, muchas veces, la realidad no vende.
No nos confundamos: aquí somos enemigos de la idea, de moda entre los verdaderos medios de lucha libre o los que aspiramos a ser tales, de que monetizar el contenido que uno produce en Youtube está mal. El trabajo debe ser remunerado y tan valioso es el nuestro como el de los propios Vivitubers. Pensar de otra forma sería como creer que los dueños de las viejas revistas de lucha libre deberían regalarlas o pagar al talento o a los promotores por asistir a difundir sus funciones. En la actualidad quitar la monetización a los canales de Youtube que la tenemos sería poco menos que matarlos.
Sin embargo el problema no es que moneticen sino cómo consiguen sus vistas. Los llamados Vivitubers lo hacen difundiendo fantasías sobre temas de cúpula del negocio como si fueran realidades, cuando nunca han participado en la lucha libre y muchísimo menos tenido acceso a juntas o información de ese tipo. Porque entre participar en la lucha haciendo cualquier cosa y tener acceso a información creativa del CMLL o AAA hay un océano indescriptiblemente grande, uno que pocos (y lo digo con orgullo) hemos logrado surcar.
Así entonces, resulta al menos sospechoso que esta gente continúe hablando basura cuando se le ha mostrado que vive el error y que se están quemando al difundir fantasías ridículas y teorías conspirativas sacadas de la manga. Muy sospechoso, diría yo. Lo triste del caso es que pisotean sobre personas, carreras y en general sobre la lucha libre, pero lejos de producir el repudio generalizado que sería natural ante el caso, muchos pseudo aficionados tan tóxicos como ellos ahí están, aplaudiendo un contenido que falsamente se les vende como el acceso anhelado a los recovecos de un mundo del que en el fondo quisieran (Vivitubers y sus fans) formar parte, pero que gracias a su actitud (y generalmente a su falta de talento) jamás lo serán. Este tipo de canales son una llave falsa a las entrañas de un medio que sus creadores desconocen completamente. No entienden que las cosas en esta vida se ganan de una sola manera: trabajando. Pero lejos de construirse una realidad o comprarse una vida, siguen arremetiendo y haciendo dinero a costa de engañar a la gente: que con su pan se lo coman. La lucha libre ha resistido este y otros cánceres y va a seguir resistiendo, tan noble y fuerte que es.
En lo que nos toca seguiremos criticando. Queremos vistas como todos, sí, pero no seremos miembros del club de los patéticos. Vamos a seguir diciendo realidades y si teorizamos será en base a nuestra experiencia y con fundamentos. No hablamos porque tenemos boca y definitivamente, como leí una vez en un tuit de Los Coliseínos, NO estamos en el mismo costal. Vamos a ver, a la larga, qué prevalece, la realidad o la mentira, el amor por la lucha libre o el hate, los argumentos o la sinrazón. Vamos a librar esta lucha con la pasión que traemos dentro, pero sobre todo con contenido, porque los que sí tenemos un camino recorrido y cosas qué decir solo debemos demostrarle a una persona que podemos dar la batalla: a nosotros mismos. Al escribir este artículo pienso en mis amigos Oscar García, Daniela Herrerías, Eduardo Reyes, Guillén, Bernardo, Landrú Lizárraga, Albores y otros que piensan de forma similar acerca de esto y con quienes he convivido durante muchos años buscando aportar a esta industria que nos ha dado tanto.
Y mientras se habla tanta basura, la lucha libre sigue girando con el mundo.