El 27 de noviembre del año 2018 a las 10:30 horas el luchador “El Cuervo” de Puerto Rico, aquel conocido por protagonizar uno de los accidentes más terribles dentro de la lucha libre mexicana, egresó de La Cruz Roja Mexicana Polanco por mejoría y a petición de su equipo de trabajo. Tal cual aparece en su nota de alta hospitalaria, agradeció a la salida del hospital con una sonrisa, lo cual quedó plasmado en una fotografía donde aparecen su equipo de trabajo, su representante y la gente de PALL, la cual siempre estuvo al pendiente de él. Qué mejor manera de posar que flexionar el bíceps en señal de fortaleza, como diciendo “aquí todo está bien”.
Podríamos suponer que aquí termina todo , cada quién a su casa y a seguir la vida, pero no. Una vez más los “conocedores de feis” levantaron sus voces en protesta por la última imagen mencionada, inclusive aparecieron “neurólogos” dispuestos a aclarar el caso, de ser necesario, “licenciados topillos” que querían ser parte de la repartición de notas y una vez más el público de a pie se quedaba con la incertidumbre de lo que pudiese haber acontecido.
El objetivo de esta nota, amables amigos de Crítico Luchístico, es compartir de la manera más seria, ética y responsable, el punto de vista médico, de aquellos que de verdad pudimos estar cercanos al caso y es un deber inclusive de índole moral poner cada cosa en su lugar y no dar una opinión de ocurrencias, sino más bien dar la instrucción correcta y con autorización de las personas adecuadas.
México es uno de los países a nivel mundial que según datos estadísticos está en los primeros 10 en muerte por traumatismo: un golpe directo, una caída, un accidente de auto o en este caso un traumatismo craneoencefálico, es decir una lesión por un objeto extraño sobre la cabeza, siendo este tópico el que ocupa hasta el 46 % de lesiones atendidas en el área hospitalaria, es decir 4 de cada 10 personas se lesionan en la cabeza. Imaginemos ahora cuánto aumenta el riesgo en un evento de lucha libre. Lo que ocurrió con el luchador, posterior a recibir la caída del tabique, fue que ingresó al hospital con el diagnóstico de traumatismo craneoencefálico (golpe directo sobre el cráneo y por ende el cerebro), hematoma epidural parietal derecho (se acumuló sangre dentro del cráneo, la cual no podía salir) y fractura temporoparietal derecha (se rompieron los huesos del cráneo del lado derecho). Todo esto provoca que el paciente, si no se resuelve dentro de las primeras horas, aumente el riesgo de padecer secuelas en sus movimientos, en la visión, el razonamiento y en general su vida futura. Afortunadamente no fue así y se pudo resolver de inmediato, por ello, apreciables lectores, sumando el proceso de rehabilitación antes de salir del hospital y la fuerza física que posee el luchador, se logró un resultado exitoso, fruto de una intervención oportuna.
No es lo mismo un evento de esta naturaleza en una persona joven acostumbrada al ejercicio extenuante, que si se tratara de una persona que no lo está, y no quiero que empecemos con opiniones de “un golpe es un golpe”, porque si ha llegado hasta aquí pensando esto sin entender esta columna, le pido que regrese a leerla. Por ello el día de hoy no se aceptan historias tipo “a mi abuelita le pasó, al hijo del amigo de una vecina le pasó y no salió sonriendo del hospital”, etcétera. Basta con este tipo de declaraciones ocurrentes en las que por hablar sin conocimiento de causa se propicia la ignorancia.
Se operó al paciente mediante una técnica que se llama craneotomía, que consiste en retirar una porción del hueso del cráneo, para tener acceso al cerebro y a las estructuras del sistema nervioso central con la finalidad de limpiar y drenar la sangre acumulada, después de ello se vuelve a colocar para darle protección otra vez al cerebro.
Entonces las opiniones vertidas en redes solo significan dos cosas: hemos visto mucha tele y no hemos entendido que México es un país vanguardista en lo que a cirugía se refiere. Es por ello queridos amigos de Crítico Luchístico, que ocupamos esta columna para enseñar que pese a quién le pese, la vida sigue, la gente se recupera , se fortalece, se perdona y regresa a seguir su vida .
El 27 de noviembre del año 2018, a las 10:30 hrs., se termina con el egreso de este joven luchador. Un episodio difícil para la lucha libre, tras el cual el elemento solo espera poder seguir con su valentía, amando este noble deporte espectáculo.
De
lector a lector todo lo que tengo, lo llevo conmigo.
Volvamos
a sonreír,SMILE señores, sonrían!!!
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