Medios, mediomarks y promomarks

Nuestra querida lucha libre nunca deja de sorprender. Los recientes casos del pleito entre el amigo Edson de El Blog de la Lucha contra un reportero del canal amarillo y el del columnista de Box y Lucha que escribe sin saber (si no conocen el caso aquí debajo está el video con el contexto), me dejan claro que la lucha libre adolece de profesionales, entre otros campos, en el de sus comunicadores y creadores de contenido.

Sobre el primer caso no tengo la información completa ya que no me han llegado ambas versiones sino solo una. Por esa razón no puedo emitir un juicio certero afirmando quién tiene la razón. Sin embargo hay varios puntos que me quedan muy claros:

  • Independientemente de quién comenzó con la hostilidad, el reportero de los amarillos ha contribuido en alguna medida para que el problema crezca.
  • Los jefes del reportero amarillo no han hecho nada, o no lo suficiente, para que su corresponsal se mantenga alejado del chico del Blog de la Lucha, ni siquiera para cuidar su imagen como medio.
  • El chico del Blog de la Lucha, quizá movido por la desesperación, ha optado por publicar comunicados y hasta un audio al respecto, lo que muy posiblemente ha abonado a que los problemas continúen.

A mi juicio lo más grave de todo es el papel de los promotores de lucha libre en cuyas funciones han ocurrido estos altercados, ya que ellos y su staff deberían fungir como rectores de lo que sucede o deja de suceder en los eventos que promueven. Lejos de ello parecen ser omisos ante los acontecimientos, algunos de los cuales habrían tenido lugar prácticamente frente a sus ojos.

En los tiempos en que había promotores de lucha libre profesionales y no aficionados con dinero jugando al booker, era impensable que dos reporteros que acudían a cubrir una función se liaran a golpes sin que hubiera una sanción por parte del organizador, independientemente de si los medios representados tomaran o no cartas en el asunto. Eso ha venido cambiando para mal.

Volviendo al conflicto, aunque parte del medio luchístico ha repartido culpas y tomado partido por tal o cuál reportero (incluso varios luchadores se han estado burlando del tema), todo mundo ha guardado silencio sobre la parte de responsabilidad que le toca a los promotores envueltos, quienes parecen no tener planeado hacer nada al respecto, como si esperaran que algo más grave sucediera para moverse.

La solución a este problema pudiera ser expulsar de sus eventos a los problemáticos, prohibirles el acceso. Se podrán llamar como sea o tener los suscriptores o views que tengan, pero bajo ningún concepto se debe aceptar que personas violentas o con este tipo de problemas a cuestas acudan a cubrir. Si el medio no está de acuerdo con tal decisión de la promotora podría bien cambiar al corresponsal o simplemente (también en todo su derecho) dejar de cubrir las funciones en cuestión.

Esta situación nos lleva a otro análisis y no es el de los reporteros que se creen estrellas y protagonistas, que ese ya lo tratamos en Crítico Luchístico en video a través de The LUCHA Station. Esta vez hablaremos de los medios y las condiciones casi monopólicas que el más grande de ellos, el amarillo, ha venido consolidando desde hace varios años.

De ninguna manera se puede criticar que un canal de Youtube sea el medio más grande y con mayor alcance, pues su trabajo le ha costado y somos fieles testigos de eso. Sin embargo, de manera premeditada o no, este medio hoy goza de una fuerza tal que pareciera que ciertos promotores se supeditaran a él, deseosos de contar con el apoyo y difusión que ofrecen, de no perderlo por ningún motivo.

Gracias a mi experiencia manejando el área de medios tanto en AAA como en los independientes, puedo afirmar que la publicidad de un solo medio fuerte es muy importante y siempre aporta, pero nunca lo suficiente como para que el evento sea exitoso solamente debido a dicho medio.  Por otro lado, en cuanto al hecho de que las luchas sean grabadas y narradas por un canal (así sea el más grande), esto tampoco marca la diferencia en cuanto a que a un promotor le vaya bien en funciones posteriores. Sin embargo parece que se está privilegiando demasiado, al grado de otorgar demasiadas “libertades”, a ciertos medios, en particular a este pero podría haber más, lo que de alguna forma explica por qué los promotores involucrados no hacen nada al respecto.

Señores promotores, deberían saberlo pero por si las dudas les recordamos: las funciones son suyas y de nadie más. Ustedes son los jefes, establecen las políticas y serán quienes den la cara si algo malo llega a suceder. Si dejan que en sus shows el medio grande pise al mediano y el mediano al chico, entonces no habrá publicidad que valga pues ustedes mismos estarán contribuyendo a que rija la ley de la selva y prolifere la hostilidad.

Reglas claras, amistades largas

Es derecho de un promotor y de un medio celebrar un convenio de exclusividad de derechos, mediante el cual el medio en cuestión sea el único con potestad sobre el contenido grabado en determinada función. Pero lo que sí no se vale, y va para varios promotores de distintas partes del país, es que a pesar de existir tal convenio se deje pasar a otros medios de comunicación a grabar, para que luego el medio que posee los derechos exclusivos se ponga a tirar strikes a diestra y siniestra en las plataformas. Así no se juega. Si se tiene exclusividad con un canal de Youtube se le pide a los demás que se retiren o, en su caso, no graben. Así de fácil y con todas sus letras. Quien no lo cumpla se va vetado para los siguientes shows. Cuentas claras, amistades largas. Reglas claras, juego largo y próspero.

Si las cosas no se hacen bien todo mundo saldrá molesto y al final pierde el promotor, debilitando su propio aparato de difusión (por ejemplo, para un promotor de provincia un medio local pequeño pero bien posicionado en la zona puede tener más peso en la promoción y venta de boletos que un medio nacional gigantesco con un 90% de seguidores de la CDMX).

No se trata de tener contento a tal o cuál medio sino de crear una estrategia adecuada para la plaza y promotora en cuestión. La cosa tiene que ser incluyente por mera salud mental, para empezar, pero sobre todo con miras a construir vías de difusión eficientes y a largo plazo.

Roles claros, amistades largas

Retomemos lo de las exclusividades porque hay que definir el rol que los canales que las tienen van a cumplir en un evento de lucha libre. Si unos tienen los derechos de la transmisión o grabación en exclusiva entonces no van como medio, van como productora. En ese entendido su presencia ahí no tendría por qué influir en la política de la promotora en relación a los medios de la fuente y estos podrían acudir a tomar material fotográfico y videos cortos para sus plataformas sin tener que estarse jalando de los cabellos con nadie. Pero esto tan simple de explicar simplemente no sucede. Nadie aparece con los pantalones fajados para definir estos roles y meter orden, una muestra más de la inexperiencia de aquellos que hacen funciones sin dejar de ser aficionados solo para convivir con sus ídolos, cumplir su sueño de ser bookers sin necesidad de tomar el tedioso camino de adquirir habilidades y aprender de los que saben y andar tomándose fotos almorzando con el talento o yéndose de juerga con él. Marks.

El profesionalismo en los medios

Hace poco leí una columna en Box y Lucha donde el escribiente se pone a despotricar, en lenguaje florido por llamarle de alguna manera, contra Konnan, Marisela Peña y Dorian Roldán. Pueden ver el video de arriba si no lo han hecho para saber de qué estoy hablando. El autor asevera que los dos últimos no estaban apoyando laboralmente a Antonio Peña en vida, cosa que me consta que no es así, asegura sin conocerlos que no saben de su negocio. Muy aventurada afirmación tratándose de una de las empresas de lucha libre con mayor audiencia en el mundo, misma que ha existido ya por 30 años, la mayoría de ellos sin su fundador. De Konnan no dice nada, más allá de insultarlo y afirmar, como un mark, que no sabe luchar.

Esta misma persona sugirió en otra columna que el amigo Joham Loza, del canal Infolucha MX, trabaja con nosotros en The LUCHA Station, cuando la realidad es que únicamente realizamos colaboraciones entre ambos canales.

Si en un medio con décadas de tradición como Box y Lucha existe cabida para este tipo de columnistas, que por muchos años que digan tener en el medio opinan como aficionados, qué se puede esperar de las generaciones jóvenes, mismas que (a diferencia de las nuestras) ni siquiera suelen buscar como fuente de aprendizaje a las personas que saben.  En la lucha libre varios se creen el Alfa y el Omega, maximizan sus logros y minimizan sus faltas y errores. Creen que pueden manipular la realidad a su antojo como si esta fuera de plastilina, pero no. Las acciones tienen consecuencias y para que este deporte avance al siguiente nivel necesita más gente profesional, con habilidades y trayectorias reales y no gente que por más años que pasen continúa pensando como aficionada. Esperemos sentados a que aparezcan los cerebros que habrán de llevar la lucha libre, en todas sus áreas, al futuro.

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